Los paisajes del cuerpo

A veces, cuando puedo hacer uso de una mirada calmada, miro a mi alrededor y contemplo un elocuente paisaje lleno de manifestaciones silenciosas:
Hay cuerpos que expresan deseo, un deseo que les impulsa hacia delante con cierta falta de perspectiva, con una mirada lineal, fácilmente desatienden lo que encuentran a su paso. Cierta desarmonía hace que al movimiento le falte gracia en la periferica del cuerpo.Hay cuerpo que no tienen un rumbo fijo, el desasosiego o el desánimo muestra gestos de abatimiento, tal vez no tienen adonde ir o se dirigen a cualquier lugar. A veces su postura habla de una falta de soporte, tal vez en algún momento lo tuvo y ahora lo ha perdido, a lo peor la sociedad no les acepta por alguna razón insólita. Tal vez el soporte nunca existió y esa falta de aplomo tendrá que resolverse a partir de ese momento en que la persona se de cuenta.Hay cuerpo que exteriorizan tanto sus cualidades que hasta son un poco invasivos, demasiado periféricos o superficiales, parece que algo les falta en su eje, tal vez algo de silencio, mirar hacia dentro o detenerse para escuchar.Hay cuerpos que están claramente cerrados, tal vez se avergüenzan de algo que han encontrado en su interior, tal vez tienen miedo y todavía no han aprendido que el miedo puede acompañar a la acción y que a veces la acción apasiona tanto que el miedo se olvida. Cerrazón tal vez por una herida, un dolor antiguo que dejó su huella, que se grabó en los tejidos en forma de una memoria refleja. Hay cuerpos de ambición , agitados y nerviosos, a veces hiperactivos, como si no pudieran perder un minuto en su tarea de poseer.Hay cuerpos que no se enseñan, parece que quisieran ser invisibles, pasar desapercibidos, tal vez una falta de aceptación les ha hechos así, a lo mejor nadie les ha mirado, nadie les ha visto, nadie les ha recorrido con los sentidos, no han despertado todavía.Hay cuerpos chispeantes de alegría, llenos de ilusión, con un alto contenido de música y color en su interior, se les nota en la gracia del movimiento y en el brillo de sus ojos, están llenos de aceptación. Donde están disfrutan de lo que encuentran, saben que hay una mirada que puede transformar las cosas, su forma rebosa de armonía aunque no responda a lo que otros esperan de ella.Hay cuerpos con un exceso de rigor o de exigencia, que no respiran, están llenos de ideas preconcebidas o de mandatos, están como atrapados en un corsé que les impide funcionar con naturalidad, su movimiento puede llegar a ser estereotipado.Hay cuerpos que parece que se derrumban, que están en el abandono, parece que les falta una razón para existir.Hay cuerpos llenos de sensualidad, a veces se ve como algo impostado o a veces es el reflejo del goce de vivir y de sentir.Hay cuerpos de quietud y comprensión, se apoyan en la tierra de manera confiada, tal vez han descubierto que nada es demasiado importante, que la gratitud y el sentido del humor siempre pueden encontrar un lugar en su corazón, parece que no tienen nada que perder. A lo mejor han descubierto que pueden correr el riesgo de amar y aunque su forma no sea la ideal han aprendido a vivir con sus limitaciones y lo que parecían defectos pueden enseñarse sin pudor pues al final han comprendido que todos somos "imperfectos".



SI PENSAMOS EN EL CUERPO ES COMO UNA ESPONJA QUE ABSORBE LAS INFLUENCIAS DEL MEDIO EN EL QUE SE ENCUENTRA, TAMBIÉN PODEMOS IMAGINAR QUE EL CUERPO PUEDE LIBERARSE O DESPRENDERSE DE AQUELLO QUE HAYA ACUMULADO.
ES MOMENTO DE DESAPRENDER.

Fuente: Jorge Ramon Gomariz