Todos disponemos de las mismas cadenas musculares, sólo el exceso de tensión es lo que provoca el desequilibrio. Cuando todas ellas conviven en perfecta armonía el cuerpo está equilibrado y disfruta de plena capacidad de expresión. La adaptabilidad, la espontaneidad, la gracia y la naturalidad son buenos síntomas de ello.
Con este vídeo veréis a lo qué me refiero.
Montaje y Editado por Daniel Wurtzel